Amanda y David son dos viejos amigos que siempre habían soñado tener un negocio propio en Menorca. En diciembre del año pasado, Amanda estaba trabajando en Mallorca y David estaba buscando algo para poder estar ocupado todo el año y no solamente durante la temporada de verano. Paseando por la plaza de la Explanada de Mahón y sus alrededores, se dio cuenta que el Viejo Cafetín, un bar de toda la vida, se traspasaba aunque en aquel momento, prácticamente no prestó atención.
Al día siguiente, David se puso en contacto con José Pons, asesor comercial de Bonnin Sansó para poder tener toda la información sobre aquel local. Había gente interesada y se lo comentó a Amanda pero ambos pensaron que quizás no había llegado el momento y se olvidaron del tema. Sin embargo, pasadas las fiestas de Navidad, José Pons les tenía preparado un regalo de reyes muy especial: el Viejo Cafetín estaba disponible y con unas condiciones muy favorables.
Concertaron visita de inmediato y les encantó poder descubrir que el local estaba en unas condiciones inmejorables. Tan sólo necesitarían una inversión básica y podrían reabrirlo en muy poco tiempo. Gracias a la buena gestión de Bonnin Sansó en el traspaso, Amanda y David pudieron hacer realidad su sueño, convirtiéndose en propietarios de su pequeño negocio a principios del mes de febrero e iniciando la aventura de convertirse en emprendedores.
Con muchas ganas y sobretodo, ilusión, han reabierto el Viejo Cafetín, un bar-restaurante con mucho éxito en los desayunos gracias a los estupendos bocadillos que preparan al instante. Sirven también hamburguesas, pizzas, platos combinados, tapas y una selecta repostería casera que, con mucho amor, prepara Amanda. Para los que lo quieran conocer, solo cierran los domingos para prestar un mejor servicio a sus clientes: lo mejor de la carta del Viejo Cafetín es su simpatía y su buen servicio.