Tranquilo y privilegiado como pocos, el pequeño pueblo de pescadores de Es Grau es uno de los parajes más hermosos del litoral menorquín. Sus casitas blancas amontonadas como si posaran dentro de un gran lienzo, forman parte de la historia del veraneo de la gente de Mahón. Un rincón lleno de vida y protegido de los temporales por la Isla d’en Colom, que regala a los navegantes una de las zonas más ideales para fondear en Menorca. Pese a que en la época estival se llena de visitantes, durante el resto del año registra también una intensa vida social gracias al aliento de los residentes de todo el año.
La Playa d’Es Grau es larga e ideal para ir con niños debido a su baja profundidad. Detrás de la playa empieza la Albufera d’es Grau, una laguna costera conectada al mar por el canal conocido como sa Gola, dónde se puede observar la vegetación de aguas salitrosas como los tamarindos y salicornias. El Parque Natural de la Albufera d’es Grau es una zona ideal para pasear y observar la gran biodiversidad y hábitats singulares. Si en algún sitio de Menorca se puede hablar de Reserva de la Biosfera, en la Albufera tiene todo su sentido. El Centro de Interpretación del Parque Natural que se encuentra a la entrada desde la carretera, sirve de punto de información para conocer los itinerarios a seguir.
Para los amantes del senderismo también tienen en la zona de Es Grau un interesante paseo por el Camí de Cavalls, en el el tramo hacia Faváritx (a unos 8,5 kilómetros dirección norte) como hacia Sa Mesquida (a unos 5 kilómetros dirección sur). Ambos paseos valen la pena por las espectaculares vistas que ofrecen.
