Orgullosos de cumplir nuestro treinta aniversario, hoy nos toca girar la mirada hacia atrás para explicar cuál ha sido nuestro viaje durante estas tres décadas. Como grupo Bonnin Sansó siempre nos hemos considerado una empresa pionera y referente en el sector inmobiliario de Menorca ya que cuando decidimos abrir nuestra primera oficina en la Avenida Menorca de Maó, fuimos de los primeros. En aquella época, las empresas que se dedicaban a la intermediación de inmuebles en la isla eran escasas y el mallorquín Francisco de Asís Bonnin Sansó (de aquí nuestro nombre) había aterrizado en Mahón para expandir el negocio que tenía abierto en Palma. Bonnin decidió ponerse en contacto con nuestro actual presidente Juan Torres, que llevaba más de quince años en el mundo de la construcción. La primera oficina se abrió en 1988 con seis empleados, iniciando una aventura cuyo objetivo era ayudar a hacer realidad el sueño de poder tener una vivienda en Menorca, pero ofreciendo seriedad, servicio y profesionalidad. Tres años más tarde, uníamos esfuerzos con el empresario Colin Guanaria, que en aquel entonces dirigía una inmobiliaria en Es Castell. La alianza con Guanaria nos permitió poder acercarnos al mercado británico, muy importante en Menorca dada su relación histórica. Un año más tarde nos expandíamos hacia Ciutadella con la apertura de la tercera oficina, enmarcado en un plan estratégico para ofrecer nuestros servicios en toda la Isla.
En 1996, el grupo decidió dar otro paso estratégico con el traslado de sus oficinas principales al corazón de Maó, en pleno centro comercial. La compra de unos locales en Carrer Nou nos facilitó poder disponer de una ubicación óptima a pie de calle, que nos aupó a convertirnos en el centro de atención de todas las miradas. La operación se hizo en dos fases, pasando a disponer de un edificio de tres plantas y un total de 400 metros cuadrados. Esta ubicación nos sirvió también para aprovechar mejor el gran despegue que tuvo el mercado inmobiliario a partir del año 2000, en el que la liberación regulatoria ya no obligaba a ser agente de la propiedad para tener un negocio de estas características y llegó a provocar la apertura de 60 inmobiliarias. A nivel empresarial, coincidió con la jubilación del socio mallorquín Bonnin Sansó, que hizo que Juan Torres y Colin Guanaria se convirtieran en accionistas mayoritarios, asumiendo la gestión de las oficinas de Palma y abriendo al mismo tiempo, dos más en Port de Pollença y Cala Millor, en Mallorca. Esta circunstancia hizo crear una estructura profesional interna para poder gestionar todo el grupo inmobiliario, en cuya Dirección Comercial se incorporó Kerry Phillips, hija del presidente del grupo y procedente también del sector bancario.
En 2003 prosiguió la expansión por la isla con la apertura de una oficina nueva en Es Mercadal y tres años mas tarde, nuevamente en Es Castell pero en una ubicación distinta. En aquel entonces el grupo Bonnin Sansó tenía ya siete oficinas y una plantilla de casi 40 personas. La estrecha vinculación con el mercado británico también nos abrió la puerta a la especialización internacional a otros países como Francia, Alemania, Italia o Suiza, con la incorporación de personas nativas en plantilla así como la formación continua en idiomas que acabó creando un equipo internacional de ventas. La incorporación de Juan Mateo Torres en 2010 como adjunto a dirección y Verónica Torres, hijos del matrimonio Torres/Elder, como responsable de la oficina de Ciutadella, completó la incorporación familiar al grupo cuyo gerente es Xisco Pons.