Todavía es un destino fuera de los circuitos habituales para la práctica del surf y del windsurf, pese a que Menorca esté considerado un paraíso para navegantes donde el viento acostumbra a ser un invitado habitual la mayor parte del año. Un tesoro por descubrir en el que se pueden recorrer todos sus spots para aprovechar las mejores olas.
Para aquellos que empiezan, la bahía de Fornells es lugar obligado porqué sus aguas de diez kilómetros cuadrados, están abrigadas por una boca cerrada que la protege de las olas y el viento. La bahía dispone de sus propias islas, playas y calas vírgenes que añaden encanto al contacto directo con la naturaleza. La bahía, además, dispone de un ecosistema de aves sedentarias, aves que no emigran a África durante el invierno. En la propia bahía es fácil ponerse en contacto con las empresas que se dedican a dar cursos o alquilar la tabla. El Club Náutic de Fornells es un ejemplo de los que ofrecen cursos fuera de temporada y organizan competiciones desde hace muchos años.
Para los más atrevidos y experimentados, Menorca dispone de un sinfín de spots de este a oeste tanto en el norte como en el sur. Para los sureños, Punta Prima, Son Bou, Binigaus y Cala’n Bosc. Para los valientes del norte, Cala Tortuga, Calders, Cala Tirant, Cavalleria, El Pico, Cala Pilar, Cala’n Carbó y La Vall son los spots que habrá que apuntar en la agenda.
En el Mediterráneo no existe un oleaje constante pero Menorca tiene ciertos momentos del año en que sus aguas son bravas y con olas perfectas para surfear. La práctica del surf ha calado de tal manera que desde hace tres años, se celebra un encuentro durante el mes de abril en la playa de Punta Prima que convierte el evento en cita obligada: One Punta Prima Day
