El Presidente y fundador de nuestro grupo inmobiliario, Juan Torres fue invitado a participar este mes de octubre en la última edición del Foro Banca March de la Empresa Familiar, organizado por Editorial Menorca en el Centro de Convenciones de Es Mercadal. Un encuentro al que asistieron más de 200 personas y en el que tuvo el privilegio de compartir protagonismo junto con la Directora Comercial de la empresa de calzado Jaime Mascaro S.A., Lina Mascaró así como con el Director Gerente de Viatges Magon, Biel Pons. Durante la jornada, que este año consolidaba su sexta edición, quedó bien patente que las empresas familiares constituyen el motor y la columna vertebral que sustenta la economía local, que mantienen un compromiso social con Menorca a través de la generación de empleo y de riqueza para la comunidad y que en el caso particular de nuestra isla, afrontan el reto de la doble insularidad o la estacionalidad.
En su turno de intervención, el Presidente de Bonnin Sanso hizo un repaso a su trayectoria profesional, trasladando un testimonio vital desde sus humildes orígenes en Es Mercadal, en el seno de una familia del campo menorquín que trabajó duramente para salir adelante (Juan empezó a trabajar a los 15 años), sus primeros pasos en el sector de la construcción y la promoción inmobiliaria hasta que decidió abrir la primera oficina de Bonnin Sanso, en la Avenida Menorca. Otro de los aspectos en el que quiso incidir fue en el apoyo incondicional de su esposa así como la visión que le condujo a focalizarse en el público británico gracias al dominio que tenía del idioma. La posterior consolidación de todo el grupo con cinco oficinas y la incorporación de sus tres hijos al frente del negocio, representaban un orgullo para él. “Nuestro mayor secreto son el talento de las 39 personas que me acompañan día a día y que saben que cuando alguien entra por la puerta, es una persona importante que merece ser tratada como tal”, explicó Juan Torres.
A punto de cumplir los 66 años este año, reveló que no tenía ninguna intención de jubilarse porque el hecho de ir cada día a la oficina, le resultaba un auténtico placer. “Me encanta poder hablar con los clientes y ver que con nuestra labor, contribuimos a conseguir hacer realidad el sueño de poder vivir en Menorca”, enfatizó el presidente de Bonnin Sanso.