La geobiología es la disciplina que explora las interacciones entre los seres vivos y las radiaciones de la Tierra. Esta ciencia trata básicamente aquello que puede afectar a la salud de las personas y se conoce como la “medicina del hábitat”. Según la geobiología, existen unas zonas geopatógenas en las cuales los seres vivos pueden sufrir patologías al recibir exceso de radiaciones naturales o artificiales durante un tiempo prolongado.
De radiaciones artificiales tenemos en las generadas por los aparatos eléctricos y electrónicos que generan campos eléctricos y electromagnéticos que puede ser nocivos. Las de más baja frecuencia son las radiaciones de las instalaciones eléctricas de nuestras casas. Por ello se recomienda utilizar los electrodomésticos el tiempo limitado, no dejarlos enchufados y no dormir, por ejemplop, con un radiodespertador en la mesita de noche. Debemos tener más cuidado de las radiaciones artificiales de alta frecuencia porque son distorsionadores neuronales. Hablamos sobretodo de telefonía móvil como antenas de telefonía móvil exteriores o wifi. Los científicos recomiendan dormir con la wifi apagada y sin teléfonos móviles o tablets en la habitación.
De las radiaciones naturales importantes en la geobología, las nocivas son aquellas provenientes de las redes telúricas (líneas Hartmann o líneas Curry), fallas, gas radón o corrientes de agua. Los geobiólogos dicen que pueden detectar estas radiaciones naturales.
La afectación de las geopatías puede variar en función de la condición física de cada persona pero actúan principalmente sobre el sistema inmunológico y afecta a las partes más sensibles de nuestro cuerpo resultando malestares y enfermedades: nerviosismo, insomnio, pesadillas, cansancio al levantarse, calambres, asma, bronquitis, migrañas, neuralgias, problemas circulatorios, agotamiento e incluso enfermedades autoinmunes o degenerativas.