Se hablaba de un proyecto de construcción de un aparcamiento subterráneo en la plaza del Born de Ciutadella que nunca vería la luz. En el Diari Menorca se presentaba la noticia haciendo referencia a una inversión de mil millones de pesetas (seis millones de euros), procedentes de capital extranjero cuyos socios capitalistas procedían de Noruega y Estados Unidos. El ambicioso proyecto contemplaba la construcción de cuatro plantas subterráneas, situadas entre la iglesia de Sant Francesc y el inicio del Passeig Nicolau, con dos puntos de entrada por la calle 9 de Julio y la plaza dels Pins. En total, 22.500 metros cuadrados, 5.625 por planta.
Una de las principales características del futuro parking subterráneo era la inclusión de una zona comercial en la planta superior, en la que se podían instalar sesenta establecimientos que incluyeran una oferta innovadora y sin competencia en la misma zona comercial de Ciutadella. El promotor y portavoz de toda esta gran empresa era un alemán llamado Winy Pomorín que afirmaba con rotundidad que el plazo de ejecución de las obras podían ser de un año y medio o dos como máximo.
Por su parte, el Ayuntamiento de la ciudad se comprometía a estudiar el proyecto en cuanto estuviera presentado ya que afirmaba estar interesado en la construcción de un aparcamiento subterráneo que resolvería los problemas de falta de plazas que habitualmente padecía la Plaza del Born, sobretodo en verano.