Quizás no sea común pensar en Menorca en invierno, sobre todo cuando sus playas son famosas en el mundo entero durante el periodo estival. Pero pasar un fin de semana en la isla verde y azul de las Baleares, puede ser una delicia de paz y tranquilidad. El sábado por la mañana es un buen momento para descubrir las ciudades de Mahón o Ciutadella y visitar los mercados locales de carne y pescado que está repletos de sabores y color mediterráneo. Incluso invita a tomar un aperitivo en alguna de las paradas del Mercat des Peix de Maó o en el Mercat de Ciutadella. Después de comer en alguno de los restaurantes del puerto, aconsejamos llegar hasta Punta Nati, Santandria, el Faro de Artrux o algún lugar del oeste, para ver una preciosa puesta de sol.
En el Teatro Principal de Mahón, el teatro de ópera más antiguo de España, habitualmente programan alguna obra de teatro o concierto y os lo recomendamos porque música y Menorca tienen una relación muy especial. O si lo prefieren siempre es bonito cerrar el día tomando una copa en el conocido bar Es Cau de Cala Corb, en Es Castell, escuchando canciones que los residentes cantan en directo. A veces, uno acaba cogiendo la guitarra y cantando con el corazón en la mano.
Una excelente opción para el domingo por la mañana seria hacer una ruta por el Camí de Cavalls, del que ya hemos hablado alguna que otra vez o si se prefiere el deporte desde la butaca, podemos acercarnos a las 11:30 al Hipódromo de Mahón para ver una carrera de trotones, carreras de caballos al trote con enganche, una experiencia inolvidable.
Por la tarde visitar algún pueblecito de costa como Fornells, Binibeca Vell y tomar una camomila autóctona de Menorca en una cafetería y disfrutar de la Isla de la Calma. En el caso de que sople la tramontana, podéis disfrutar del viento en Menorca.
