En Bonnin Sansó nos esforzamos por hacer realidad vuestros sueños y nos gustaría hablar del Feng Shui y cómo puede conseguir traer la armonía a nuestro hogar. El Feng Shui es un antiguo sistema de origen chino, cuya regla básica se basa en mantener el chi (energía) en movimiento y no permitir en ningún caso, que se estanque o se desequilibre. El Feng hace referencia al viento y el Shui, al agua. La actividad, los sonidos, el movimiento y la gente mantienen el chi activo. Cuando una habitación de la casa permanece demasiado tiempo inmóvil se puede activar la energía del chi moviendo muebles.
El primer paso es ver cualquier conflicto físico dentro y fuera de la casa. Identificar cualquier cosa larga y recta que apunte a la puerta principal, cualquier elemento puntiagudo o cualquier objeto triangular.
Para poner un ejemplo: la puerta principal se considera la boca del hogar, el lugar por el cual entra el chi nutritivo y de buena suerte. Si está en ángulo de 45 grados trae muchísima buena suerte. Tener un espejo grande que refleje directamente la puerta principal puede generar enfermedades, pero un espejo a un lado es bueno porque recoge la energía yang del exterior y crea energía en el interior.
Las mesas de comedor deben ser de una sola pieza sólidas y fuertes, de colores uniformes y claros. Las mesas redondas u ovaladas son las más apropiadas por que no tienen ángulos rectos y los invitados quedan sentados en armonía estimulando la comunicación y los vínculos. En las mesas cuadradas o rectangulares los comensales no deben ocupar las puntas, son mesas más acordes con el trabajo por que estimulan la actividad.
¿Sabíais que nunca tiene que haber un espejo, pantalla de ordenador o televisión que refleje una cama matrimonial? Esto provoca que una tercera persona, acabe entrando en el matrimonio. Según el Feng Shui otra fuente de conflictos matrimoniales podría ser tener agua a la derecha de la puerta de la entrada, que conduce al hombre de la casa a mirarse otras personas e incluso iniciar una segunda familia secreta.