Considerada como la institución museística más importante de nuestro territorio, el Museo de Menorca es lugar de visita obligada para poder conocer la historia de la isla a través de sus más de 200.000 objetos y obras de arte que se conservan allí. En numerosas ocaciones hemos escuchado, a través de la cultura talayotica, que Menorca es como un museo al aire libre, el museo al que nos referimos está ubicado en un antiguo convento franciscano, un edificio de estilo barroco construido entre finales del siglo XVII y principios del XIX situado precisamente al lado de la iglesia de Sant Francesc de Maó.
Fue en el año 1835, a consecuencia de la desamortización de Mendizábal, cuando los frailes dejaron el edificio y desde entonces, ha tenido diferentes funciones hasta que, finalmente, se convirtió en la sede del museo. Destacan las salas dedicadas a la prehistoria, a la historia antigua y a la Menorca del siglo XVIII. También hay una sala dedicada a los oficios tradicionales menorquines y una gran colección de grabados y pintura de los siglos XVIII, XlX y XX. El fondo de la entidad está formado por materiales de Menorca procedentes de antiguas colecciones, de excavaciones y de depósitos y donaciones, tanto de particulares como de diversas entidades.
En la planta baja, rodeando el claustro, se encuentran las salas de exposiciones temporales y el salón de actos. La exposición permanente ocupa los pisos primero y segundo, abiertos al público desde el año 1998. En el segundo piso tres salas reflejan la libertad de comercio que existió bajo la soberanía británica y que propició una prosperidad económica y un florecimiento cultural, especialmente en el campo de la pintura y la literatura. La importancia estratégica de Menorca en siglo XVIII se refleja en las cartografías y planos que sobre la isla, sus puertos y sus fortificaciones hicieron las potencias europeas. Hay un especial interés por el puerto de Mahón y sus defensas.
Actualmente la visita tiene unas zonas de limitado acceso motivadas por las obras de climatización y mejora del edificio que está previsto terminen el próximo mes de setiembre. Sin embargo, en este año de cierre parcial, la institución no ha dejado de funcionar con exposiciones temporales y de hecho, parte de su patrimonio se puede también contemplar en el Palau de Can Oliver, del que ya hablamos en este blog.
