Por segundo año consecutivo, el Claustre del Carme de Mahón se ha convertido en el espacio de ocio navideño preferido para las fiestas de Navidad de los menorquines, con la instalación de una pista de hielo ecológica de 300 metros cuadrados. Un punto seguro de diversión para toda la familia en un entorno inmejorable, que repite escenario tras la excelente acogida que tuvo el año pasado.
Queriendo imitar al escenario de la famosa pista de patinaje del Rockefeller Center o de Central Park en New York, la pista de Menorca tiene la peculiaridad que se instala en medio del claustro del convento del Carmen, edificado entre 1750 y 1808. El convento alojó a religiosas y más tarde, una vez desacralizado, tuvo otras vidas como palacio de la justicia, cárcel o incluso una escuela.
Durante el último cuarto del siglo XX, este espacio que rodea el patio se ha convertido en el Mercado Municipal de Mahón, en cuyas antiguas celdas monacales de la planta baja del Claustro, se ubican los puestos de carnes, frutas y verduras procedentes del campo menorquín. Es en el patio, el espacio central del edificio, y enmarcado por unas preciosas bóvedas de piedra arenisca, donde se instala la pista de hielo sintético que atrae a más de 3.700 personas.
Las posibilidades para patinar son infinitas porque la pista queda abierta durante todo el mes de diciembre en horario matinal o vespertino, adaptado al calendario escolar que tiene sus vacaciones durante esta época del año hasta principios de enero, coincidiendo con la festividad de los Reyes Magos.