Refugio de noctámbulos, bohemios y amantes de la música, esta cueva convertida en bar musical es sin duda el rincón ideal donde respira la más pura esencia de lo que son los menorquines. Y es que Menorca tiene una larga trayectoria de grupos folklóricos que han proporcionado partitura a sus habitantes como Los Parranderos, Traginada, Joana Pons amb Ses Guiterres o el Trio Arrels de Menorca pero Es Cau se convierte en un lugar sencillo y tranquilo al que acudir a tomar una copa, a cantar unas habaneras con los amigos o, simplemente, a dejarse envolver por la atmósfera marinera.
Abierto en 1962 en Cala Corb por el estadounidense Jim Maps junto a otros socios, fue Gabriel Marquès con su inseparable Curro «Manitas de plata», quien supo imprimir al local su carácter peculiar e inconfundible. Poco a poco, «Es Cau» se convirtió en lugar de obligada visita para todo aquel turista que quisiera conocer la Menorca más genuina.
Tras pasar por las manos de Bruno Marquès, después de fallecer su padre «en Biel des Cau», fueron los hermanos Joan Carles y Annabel Villalonga quienes quisieron dar continuidad a este emblemático bar musical.
Actualmente es David Serra quien regenta es Cau y quien se encarga, noche tras noche, de mantener viva la llama y el espíritu de ese entrañable lugar que, en cierta manera, todos los menorquines llevamos dentro del corazón.
En las veladas de menorquines, entre amigos y familiares, suelen arrancarse algunos a cantar y los más atrevidos a tocar la guitarra canciones de hoy y de siempre. Las más queridas son las que hablan de Menorca como: “Escolta es vent”, “Balada d’en Lucas” o “Na Nena”. Muchas han pasado de generación en generación por pura transmisión oral.
Fue el año pasado cuando toda esta tradición quedó recogida en un un cancionero de las piezas que más suenan y se cantan en Es Cau con los acordes para que estas canciones y el recuerdo de esta pequeña cueva del puerto de Mahón, no puedan morir jamás.