Camí de cavalls: de Cala Galana hasta Sant Tomàs

Como que el mes de setiembre es un mes ideal para recorrer el Camí de Cavalls, continuamos con nuestra ruta circular alrededor de Menorca. En el tramo anterior nos adentramos entre barrancos pero en esta ocasión, vamos a recorrer los cuatro más populares de la isla: Barranc d’Algendar, Barranc de Trebalúger, Barranc d’Albranca y Barranc de Binigaus. Los barrancos son el motivo por el cual la excursión se adentra hacia el interior pero tranquilos, que también hay un camino que pasa por la costa y que nos volverá a dejar ver el paisaje marino y sus calas paradisíacas como Trebalúger, Escorxada y Fustam, tres rincones muy menorquines que no tienen nada que envidiar a Turqueta o Macarella.

El punto de partida lo situaremos en lo alto de la urbanización de Cala Galdana para empezar a bajar durante unos 1,5 quilómetros hasta llegar a Cala Mitjana. A partir de aquí, el camino deja la costa entrando en terrenos boscosos y algunos campos de cultivo. Se tiene que salvar un desnivel de 60 metros para volver a bajar casi a nivel de mar, en el barranc de Trebalúger.

Cala Mitjana

Después del barranco, se cruza una pequeña colina de unos 20 metros y seguidamente, entramos en la subida más pronunciada de todo el recorrido, llegando hasta los 90 metros de altitud. En esta zona, podremos encontrar vegetación de marina baja y la sensación será de estar en una pequeña meseta. A continuación el camino irá descendiendo hasta casi el quilómetro 8, donde nos volveremos a encontrar con una pequeña subida de unos 40 metros. Desde aquí seguiremos bajando hasta llegar otra vez a la costa, en las playa de Binigaus donde os recomendamos que no desaprovechéis para hacer un baño. Después de reponer fuerzas, se puede subir por el barranco de Binigaus y visitar las cuevas que lo rodean. La más famosa de todas es la cueva des Coloms, una gruta de grandes dimensiones en la que se puede entrar sin peligro alguno o también la cueva de Na Polida.

Cova des Coloms

El tramo de hoy del Camí de Cavalls finaliza en la entrada de la urbanización de Sant Tomàs, justo delante un chiringuito que se llama Es Bruc y en el que vale la pena sentarse a contemplar las vistas e incluso, aprovechar para beberse una cerveza bien fresca. Una excursión perfecta!

Distancia: 10,8 km

Tiempo estimado con paradas en puntos interesantes: 4 horas y media

Dificultad: mediana