Emilio Pérez y su pareja Georgill Luis tenían la ilusión de poder abrir un bar en el centro de Mahón y cuando descubrieron el local que ocupaba anteriormente una cadena de hamburgueserías, se enamoraron a primera vista. Su propuesta de valor era disponer de un sitio elegante a buen precio, un bar en el que poder tomar un bocadillo o unas tapas a cualquier hora del día. Con la apertura del Inti en julio de este año, pudieron hacer realidad su sueño y ahora desean poder mantenerlo vivo todo el año.
Inti es el nombre en quechua del Dios del Sol, considerado la deidad más significativa de la mitología inca. “El sol es fuente de energía y deseamos contagiarla a todos nuestros clientes” explica Emilio. El local tiene 230 metros cuadrados y dispone de dos pisos además de una terraza para compartir con amigos. Abren a las 9 de la mañana y la cocina no cierra nunca porque la idea de este nuevo negocio familiar es hacerse un hueco en la oferta de bares que hay en la ciudad. La pieza fundamental en la cocina es la madre de Georgill, que tiene unas manos especiales para elaborar los mejores platos. Sin ella, el Bar Inti no sería lo mismo.
La decoración es también uno de los puntos fuertes del nuevo establecimiento en el que ha tenido mucho que ver el buen gusto de Georgill y las consejos que desde la empresa Equipaments les hicieron en todo el proceso de apertura. “Hemos hecho una transformación del local, dando un aire moderno. Nos gustó mucho el tipo de suelo que había ya que le otorga una gran personalidad pero el resto lo cambiamos todo” explican.
Desde Bonnin Sansó les deseamos muchos éxitos en esta nueva aventura.