Pasito a pasito, nos vamos acercando al final del recorrido completo al Camí de Cavalls que hemos estado haciendo desde nuestro blog. El tramo de hoy cruza los últimos barrancos del sur de la Isla, entrando en la zona más llana del levante. Aunque es uno de los tramos más largos, discurre por caminos bastante planos cuya dificultad es realmente baja.
El punto de partida es dentro de la zona húmeda de Cala’n Porter, donde se puede observar la vegetación típica de arenal como el lirio de mar. De allí se sale de la playa y pasando una zona asfaltada, se asciende hacia al este por la urbanización de Cala’n Porter. Siguiendo por el camino, se llega al barranco de Calascoves. Si no tenéis prisa, os aconsejamos que bajéis hasta la playa y visitéis la necrópolis talayótica, muy recomendable. Compuesta por más de noventa cuevas de enterramiento excavadas en los acantilados encima el mar, una de ellas, la Cueva de Es Jurats, es un santuario de la época romana imperial. Imprescindible, ya lo hemos dicho.
Desde Calascoves el camino vuelve a subir un poco, pasando entre tancas de conreo y pastura que alternan con los bosques de acebuche, el típico paisaje mosaico del campo menorquín. Al cabo de tres quilómetros, nos encontraremos con el segundo barranco, el de Es Canutells. Es un barranco pequeño pero sorprende su singular bosque de olmos.
Llegados a este punto, ya casi habremos recorrido la mitad del camino de hoy sin demasiado esfuerzo. Siguiendo el tramo, subiremos hacia la urbanización de Es Canutells y seguiremos por la carretera asfaltada hasta llegar casi a la carretera de Binidalí. De allí, el camino cruza por el barranco de Biniparratx y prosigue entre el mosaico menorquín hasta Binisafuller, donde nos acabará conduciendo para acabar hasta Es Caló Blanc, una pequeña cala de arena blanca de postal, de la que ya hablamos de ella en el post de las calas más románticas de Menorca.
Distancia: 11,8 km
Tiempo estimado con paradas en puntos interesantes: 4 horas y media
Dificultad: Fácil