Cuando se acerca el mes de noviembre, surge el debate en Menorca de los partidarios de las calabazas, de los buñuelos o de las castañas para festejar Todos los Santos. Hay que reconocer que la tradición de Halloween se está imponiendo con fuerza estos últimos años y prueba de ello, son las distintas iniciativas festivas que se organizan la noche del 31 de octubre en diversos municipios de la Isla.
La tradición de cocer castañas y elaborar buñuelos en familia se repite en la mayoría de centros escolares junto con los típicos panellets, que forman parte de la repostería tradicional. Parece que la gastronomía haya ganado adeptos frente a la costumbre de visitar los cementerios.
También están los denominados rosaris de Tots Sants, que son unos grandes collares hechos de golosinas que tradicionalmente los padrinos regalan a sus ahijados el 1 de noviembre. La tradición de regalar este collar dulce es originario de Palma aunque con los años, se ha extendido también a otros municipios de Mallorca y que también ha llegado a Menorca.